Los beneficios del autoconsumo fotovoltaico

España es el país de Europa, junto con Portugal, que disfruta de un mayor número de horas anuales de sol al año, en concreto entre 2.500 y 3.000, es decir, una media de más de 8,2 horas al día.

Esta característica ha hecho que nuestro país se haya convertido en un territorio clave para el desarrollo y la instalación de energía solar. Según datos de la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), en 2019 España se posicionó como segundo mercado solar a nivel europeo y sexto a nivel mundial, generando un impacto positivo a nivel económico y social. En 2020, incluso a pesar de los efectos de la pandemia, se instalaron 596 MW de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo, lo que supone un incremento del 30% respecto al año anterior.

Y es que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes por lo que la sensibilización de la población es cada vez mayor y también su apuesta por el autoconsumo con nuevos modelos energéticos como la energía solar. Una pequeña inversión inicial reporta grandes beneficios energéticos y también en términos de ahorro económico.

Es ya una tendencia en auge el cuidado y respeto del medio ambiente en el sector de la construcción. Y es que, por primera vez, las energías renovables han superado a las no renovables y se han convertido en la principal fuente de electricidad en la Unión Europea en 2020, según un estudio de Ember y Agora Energiewende.

 

Un factor clave para conseguir que las viviendas gasten el mínimo de energía es a través de las placas solares fotovoltaicas. Y es que la energía solar es ilimitada, limpia, ecológica, barata y no emite CO2.

Y es que, aparte de las normativas existentes, son muchos los beneficios de apostar por el autoconsumo, una forma eficaz, sostenible y limpia de generar energía para nuestro hogar. Algunas de las principales ventajas son:

 

1. El usuario tiene un control sobre la instalación, su consumo y ahorro.

2. Los paneles fotovoltaicos son silenciosos y no producen ningún tipo de ruido, por lo que son muy adecuados para zonas urbanas y residenciales.

3. En menos de 10 años las placas se han amortizado por el ahorro generado en la factura, y una vez pasado este tiempo la instalación permite un ahorro anual de alrededor de 800€ en electricidad.

4. Desde 2019, los usuarios pueden acogerse a la compensación de excedentes.

5. El mantenimiento es muy sencillo y son fáciles de instalar.

6. Las ayudas públicas en muchos de los casos permiten costear las cuotas de financiación de la instalación por un importe menor al que el cliente pagaba anteriormente en su factura eléctrica.

7. Incrementa el valor del inmueble: Una instalación fotovoltaica acentúa el valor inmobiliario de la propiedad, lo que supone una inversión a largo plazo.

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